El Parque Natural de las Islas Columbretes está ubicado cerca de las costas de Castellón, a 27 millas náuticas de Alcossebre emergen, desafiando al mar, las antiguas Islas de las Serpientes, ahora Columbretes, un pequeño archipiélago de origen volcánico a medio camino entre la Península y las Baleares.

Las Columbretes son un archipiélago que se divide en cuatro islas: La Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot. Su lejanía a tierra firme y el estar sometidas a la dureza del ambiente marino han configurado una flora y fauna rica en endemismos. La riqueza de sus fondos marinos constituye un punto de atracción para los aficionados del buceo. Las Islas son Parque Natural y Reserva Marina, lo que le ha garantizado un importante nivel de protección del que no ha gozado a lo largo de su historia. En la actualidad solo se puede acceder a la Illa Grossa si se obtiene autorización.

El origen volcánico, el aislamiento en que viven las diferentes especies de animales y vegetales, el pequeño tamaño y las duras condiciones ambientales hacen de las islas un ecosistema único y especialmente frágil. El fondo y las aguas se caracterizan por la extraordinaria belleza, riqueza y grado de conservación.
 

Flora y vegetación



El aislamiento y la condición volcánica del archipiélago han producido un fenómeno de gran importancia: la aparición de nuevas especies.

Destacan dos endemismos: mastuerzo marítimo de Columbretes (Lobularia maritima columbretensis) y la alfalfa arbórea (Medicago citrina). La planta predominante es el sosa fina (Suaeda vera) que cubre mayoritariamente "l'Illa Grossa". Otras destacables son la zanahoria marina (Daucus gingidium), el hinojo marino (Crithmum maritimum), el cambrón (Lycium intrincatum) y la paternostrera (Withania frutescens).

Fauna



Está dominada por las colonias de aves marinas nidificantes. La gaviota de Audouin, la pardela cenicienta, el halcón de Eleonor y el cormorán moñudo, todas ellas especies muy sensibles a las molestias e impactos asociados a la presencia humana, encuentran en estas islas el único punto de nidificación de la Comunidad Valenciana.

Durante los pasos migratorios primaverales y otoñales, las islas, ancladas en medio del mar, actúan como un imán para todas las aves que cruzan el Mediterráneo entre Europa y África, concentrándose un altísimo número con el fin de reposar y tomar fuerzas antes de continuar su viaje.
Entre los animales destaca, sobre todo, el grupo de los artrópodos con 10 insectos endémicos. La singularidad faunística culmina con la presencia de una especie endémica de lagartija, con 4 poblaciones diferenciadas en otros tantos islotes.

El interés de las islas no acaba con la llegada a la línea de agua, sino que por lo contrario se multiplica cuando nos sumergimos en sus fondos marinos. La complicada topografía de esos fondos marinos, llenos de escollos, bancos y bajos es el refugio natural para tantas especies sobreexplotadas por la pesca en nuestro mar.

Además de una excepcional riqueza de especies y variedad de comunidades bentónicas, aparecen singularidades como el coral rojo y el alga Laminaria redriguezi, muy escasa en nuestro mar.